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jueves, 17 de febrero de 2011

Seis meses después de las inundaciones en el Pakistán, la desnutrición se hace sentir en las zonas damnificadas

Hace seis meses, el Pakistán sufrió las peores inundaciones de su historia, en las que resultaron damnificadas más de 20 millones de pobladores. A continuación, un artículo de una serie dedicada al prolongado efecto de la crisis.
PROVINCIA DE SINDH, Pakistán, 27 de enero de 2011 - Las aguas de las inundaciones que cubrieron gran parte del Pakistán hace seis meses han comenzado a retirarse, pero dejan al descubierto una nueva crisis humanitaria, la de la desnutrición infantil. "No he visto niveles de desnutrición tan graves como estos desde las peores hambrunas en Etiopía, Darfur y Chad", afirmó Karen Allen, Representante Adjunta de UNICEF en el Pakistán. "Es una situación terrible, sobrecogedora".
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VÍDEO (en inglés): 21 de enero de 2011 Malcolm Brabant, de UNICEF, informa sobre la crisis alimentaria que sufren los niños de las regiones paquistaníes que hace seis meses resultaron afectadas por las violentas inundaciones. Véalo en RealPlayer
Aún antes de las inundaciones de fines de julio de 2010, un estudio integral realizado en la Provincia de Sindh, en el Pakistán meridional, la región más afectada por las crecidas, había demostrado que casi una cuarta parte de los niños y niñas menores de cinco años sufrían desnutrición aguda general. Aunque en el Pakistán siempre ha tenido niveles relativamente altos de desnutrición, el problema se agravó aún más debido a las inundaciones.
Una crisis de proporciones épicas
"Nos encontramos frente a una crisis humanitaria de proporciones épicas", señaló Kristen Elsby, Jefa de Comunicación de la Oficina de UNICEF en el Pakistán durante una visita a campamentos de socorro y establecimientos de salud de Sindh. "Millones de niños y niñas están gravemente amenazados por la desnutrición. No sólo se ha producido un aumento de las muertes de bebés sino que también hay más madres que corren peligro de perder la vida cuando dan a luz".
Imagen del UNICEF
© UNICEF video
La abuela de Ayaz, de un año de edad, le suministra un alimento de alto contenido nutricional en un centro especial de tratamiento para los niños y niñas amenazados por la desnutrición en las zonas del Pakistán afectadas por las inundaciones.
La crisis se debe a una combinación de diversos factores, como la extrema pobreza, las deficiencias en materia de alimentación y estado de salud, la propagación de las enfermedades y los servicios de saneamiento e higiene inadecuados, además de las carencias en materia de educación. UNICEF colabora estrechamente con el gobierno y sus aliados para garantizar que los niños y niñas desnutridos reciban los alimentos y tratamientos que requieren.
"Para una buena parte de la población, las inundaciones fueron la gota que rebasó el vaso", añadió la Representante Adjunta de UNICEF. "Se trata de una situación de emergencia tan grave como las peores crisis que he visto en otras partes del mundo".
Centros de tratamiento nutricional
En un centro de estabilización de Shadatkot, en la región septentrional de Sindh, que recibe apoyo de UNICEF, Saleem Babbar, de seis meses de edad, descansa en brazos de su madre, Husna, de 40 años, quien espera pacientemente que el personal médico evalúe la situación de su hijo. Saleem tiene la vista fija en el rostro de su madre, y sus labios se mueven como pidiendo silenciosamente ayuda.
Imagen del UNICEF
© UNICEF video
Personal médico mide la circunferencia del brazo de una niña paquistaní y comprueba que sufre desnutrición.
Saleem nació el día que comenzaron las inundaciones, y su madre no ha podido amamantarle desde entonces. El niño tiene un aspecto dolorosamente delgado y su peso es muy inferior al normal para su edad.
"Cuando mi hijo se enferma, siento un dolor en el medio del pecho", explica la madre. "A veces está tan enfermo que no puede dormir, y se pasa la noche estornudando, con fiebre muy alta. Me preocupa su respiración entrecortada y ruidosa. No sé qué le está pasando y no sé qué hacer".
Saleem tiene probabilidades de sobrevivir porque su madre se percató de su grave estado y le llevó a uno de los varios centros de tratamiento nutricional de emergencia que han comenzado a funcionar desde las inundaciones, causadas por la crecida del Río Indus y sus tributarios. Saleem ha sido relativamente afortunado, ya que el personal médico logró diagnosticar su estado a tiempo.
Muchos otros niños y niñas, en cambio, corren peligro mortal por falta de diagnóstico y tratamiento. Muchos padres pobres, especialmente los de las zonas rurales, no reconocen los síntomas de la desnutrición debido a que carecen de los conocimientos necesarios. Para muchos, la cortedad de talla de sus hijos es algo normal.

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